06 mayo 2008

CONDICIONES PARA IMPULSAR EL FINANCIAMIENTO AL CAMPO

Esta semana asistí al Seminario Internacional sobre Finanzas para el Desarrollo Rural, organizado por el INCA Rural y FIRA. Durante mi participación, expuse la necesidad de conocer el entorno en el que se desarrolla la economía mexicana y, en particular, identificar los factores que ponen en entredicho su viabilidad y perspectivas.Las estadísticas muestran cómo la producción de productos como el maíz, el sorgo o el frijol han aumentado en el país en términos absolutos en los últimos 20 años; sin embargo, la participación porcentual del sector primario en el Producto Interno Bruto se ha reducido, como sucede en las economías desarrolladas.Esta reducción no necesariamente significa que México esté logrando un mayor nivel de desarrollo. Por el contrario, podría significar que el país no ha explotado al campo mexicano tan bien como debiera.En el caso chileno, utilizando información de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, resulta interesante observar cómo con una menor extensión de tierra cultivable, tanto en términos absolutos como en términos porcentuales respecto a su territorio total, logran ingresos por hectárea que triplican a los registrados en México. Esta comparación obliga a reflexionar sobre lo que el país puede lograr, de dar el salto en la competitividad del sector.Para lograr explotar este potencial, México necesita atender una serie de problemas estructurales ya añejos, entre los que resalto tres: el minifundio, la reconversión productiva y el bajo nivel educativo del sector rural.En lo que respecta al minifundio, desde finales de los 40’s se consideró a la excesiva fragmentación del campo como un problema que necesitaba atención. En la actualidad, este fenómeno adverso se ha agravado, impidiendo aprovechar las economías de escala que explotan en otros países, impactando de manera desfavorable la competitividad del sector primario de México. Mientras que en los Estados Unidos los agricultores tienen 80 has. en promedio, en México sólo tienen 2.5 has. por productor.Con respecto a la reconversión productiva, las actividades que son más viables, como la producción de frutas y verduras, son las que se realizan con menor frecuencia, mientras las que reportan el menor valor, como la producción de cereales, son las que ocupan la mayor parte de la superficie sembrada del país.Por estas razones, el campo mexicano requiere de una revisión de la manera en que se organiza la producción y se determina qué producir, y revisar tanto el nivel educativo en el campo como el tipo de educación que es necesario impulsar.De acuerdo con los datos del censo de población realizado por el INEGI en el 2000, el analfabetismo en las poblaciones rurales era siete veces mayor al registrado en la Ciudad de México y duplicaba al promedio nacional. Esta realidad explica buena parte de las dificultades que existen para introducir nuevas prácticas, mejores tecnologías o reconversión de cultivos en gran parte del campo mexicano.Lo anterior nos obliga a pensar sobre el tipo de capacitación que requiere el campo en México. Si bien un sistema educativo formal de mayor calidad es deseable en el sector rural, su desarrollo requiere tiempo y el campo necesita atención en el corto plazo. Por este motivo, hay que fortalecer la capacitación y asistencia técnica para el sector rural, buscando que esté encaminada a mejorar su productividad y competitividad.Sólo mediante la implementación de las acciones adecuadas de manera oportuna, se puede garantizar la viabilidad del campo en México. De otra manera, se estará dejando crecer la brecha que impide aprovechar el enorme potencial que el campo ofrece a los mexicanos.

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FELICIDADES PRIMERA PRESIDENTA DE MÉXICO