Por Falcón
Abriendo regalos de esperanza, descorchando botellas de alegría, chocando copas desbordantes de sonrisas, degustando las mejores viandas de la abuela, recordando el dolor de los ayeres negros entre lágrimas que ya no duelen; desdoblando, ahora mesuradamente, las carcajadas de antes de ayer como sonrisas francas, recibiendo en el hogar a los familiares que realmente son “amigos” y a los amigos que nos son más “familiares”, comiendo a toda prisa las doce uvas de la “vid” nueva, -las doce uvas de la nueva “vida”-, nos encontró el año nuevo.
Sí, los menos románticos y más acedos nos dirán que el año, aunque está en relación con el lugar que ocupa nuestro planeta en el sistema Solar y su tiempo de traslación, es mera convención. Que nuestro año puede también contabilizarse cada 6 años de los nuestros por aquello del 29 de febrero, que hubo un error en la contabilización y que fue culpa de Constantino, Jesús y Orígenes, que tendríamos que iniciar ahora el 2008, que los Mayas, Quetzalcoatl, la Malinche y Nostradamus, que si Peña Nieto hubiera leído el Principio, que si Hidalgo no hubiera tomado el estandarte de Guadalupe… sí, pero para la mayoría, para los hombres y mujeres de “a pie” y uno que otro falconcillo: ¡este es el año nuevo!, para nosotros este es el 2012 y estamos alegres, con algo de dolor por el pasado, pero felices, esperanzados ante este lapso para todos recientemente inaugurado.
Un año nuevo es primer día de clases, es cuaderno sin usar, es caja de crayones, es castillo de pólvora aun sin encender; es campo dorado aun sin trillar, es autopista en el km 1, es inicio de jornal; es el libro deseado aún con celofán, es tercera llamada en el circo, la caja de pañuelos de alguien feliz, es sombrero de campesino, moneda al aire. Un año nuevo es apuesta, es palenque; es reconciliación, es bautismo, confirmación; es promesa, contrato, certeza; es cruce de caminos, central camionera, agencia de viajes; es tienda de pronósticos, bar por la tarde, cuarto creciente; es anillo de compromiso, es llave maestra, boutique de novedades; es lata de pintura, aguja e hilo, pomada y trapito; es mercado de abastos, tienda de conveniencia, buzón de quejas y sugerencias. Un año nuevo es beso, confianza, es martirio; es barco nuevo y champagne, lanzamiento, despegue; es nueva administración, fin de rehabilitación, entrega solemne; es signo de interrogación, sustantivo, inusual adjetivo, es punto y aparte.
Estamos pasando las primeras cuentas de este 2012, puede ser que los misterios que nos depare sean luminosos, gozosos o hasta dolorosos, eso no lo sabemos. Recibámoslo con los brazos abiertos, el corazón dispuesto y la mente esperanzada; con buenos propósitos y patentes acciones que los respalden, con sueños altos y proyectos realizables; con mayor responsabilidad, menos desánimo, más compromiso; con mayor puntualidad y eficacia, con menos pretextos y excusas.
Este año nuevo, regala más sonrisas, extirpa mal humores, cuida un árbol, canta una canción. Este año nuevo lee un libro por mes, haz deporte, ve al dentista; regresa a la escuela, manda flores, ve a la playa. Este año regresa a casa, atiende a tus viejos, manda una carta; corta el césped, solicita tu credencial, haz política. Este año paga tus deudas, apaga un incendio… enciende una vela.
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