22 octubre 2009

Los beneficios de la lectura

Buenos días, es preciso sin duda alguna que de vez en cuando (mejor si lo es con frecuencia) debemos recurrir a una buena lectura a fin de no caer en la espiral de la cotidianidad y sus agobiantes problemas, uno de los principales beneficios de leer además, de en lo general acrecentar nuestra cultura general, nos da también el beneficio de ver los distintos pensamientos, de observar la manera de ver la vida, y de hacerle frente a los retos que día a día tenemos que sortear, hoy nuestra participación tratará de una pequeña parte del libro del filósofo español contemporáneo Fernando Savater, “Ética para Amador”, al cual nos referiremos hoy, tratando con la modestia que nuestras limitaciones imponen de hacer una breve reflexión del capítulo denominado, Despierta Baby, Savater, emulando a Esaú y a Kane, nos hace poco a poco reflexionar acerca de lo importante de no dejarse llevar por lo primero que se nos atraviesa, por ejemplo, el hecho de haber preferido aquel plato suculento de lentejas a cambio de la primogenitura que ostentaba, echando por la borda, poder, riqueza y sobre todo traicionando su pasado, lo mismo a otra dimensión ha pasado con Kane, quien comerciaba con personas como si fuesen cosas, desde luego, acumulando riquezas pero dejando de lado las cosas más importantes para darse “la buena vida”, Kane no tuvo en cuenta que no por mas poseer somos más poderosos, porque como nos dice Savater, la verdad es que las cosas que tenemos, nos tienen ellas también a nosotros en contrapartida, lo que poseemos nos posee, evoca también aquel pasaje de un sabio budista, que dando una lección a su discípulo le pregunta: ¿Qué es lo que más te gusta de esta habitación?, a lo que contesta el muchacho listo señalando una copa de oro y de marfil de gran costo, enseguida una vez que tomó la copa en una mano, le vuelve a preguntar si es que quisiera algo mas, sugiriendo el alumno sin chistar aquella bolsa de dinero, preguntándole a su mentor que ahora qué debía de hacer, a lo que contestó el budista, ¡ahora ráscate!, oh! Sorpresa, no había manera sin soltar los botines tan recién adquiridos, esto nos deja la enseñanza que las manos no sólo sirven para coger, sino también para rascarse o para acariciar, que quiere decir esto a su vez, nuevamente que las cosas que poseemos, nos poseen a su vez.
Lo más valioso es no cifrar nuestras metas sólo en la materialidad, a las cosas hay que tratarlas como cosas, a las personas como personas, (este es un principio fundamental de los derechos humanos) cuando sucede lo primero nos faltará siempre lo fundamental: el auténtico afecto, el autentico respeto y el autentico amor de personas libres, que él tratara como personas y no como cosas. Refiere también Savater, que se puede en esta vida ser muy listo por ejemplo para los negocios o para la política y un asno para cosas más serias, tan serias como el hecho de vivir bien. Concluye diciendo que Kane por ejemplo era una persona muy astuta para los negocios y la manipulación de gente, pero como dice acertadamente, metió la pata donde más le hubiese convenido acertar, en ocasiones esta cita nos hace recordar algo.
Acto continuo Savater nos dice que en la vida la única obligación que tenemos, es no ser imbécil, y por imbécil no quiere decir al que se le cae la baba o al que es tarugo para todo, por imbécil para estos efectos podremos entender al que necesita bastón para caminar, es decir el imbécil como dice el autor podrá ser todo lo ágil que se quiera y dar brincos como una gacela olímpica, el imbécil cojea y no lo hace de los pies, sino del ánimo, asimismo podemos conocer a varios tipos de imbecilidad a saber: a) El que cree que no tiene nada, al que todo le da igual, el que vive dormido aunque no ronque ni bostece; b) El que todo lo quiere, frío y caliente a la vez, marcharse y quedarse; c) El que sabe lo que quiere, pero lo quiere facilito; d) El que no sabe lo que quiere y no se molesta en averiguarlo, conformista irreflexivo o rebelde sin causa; y e) El que quiere con toda su fuerza, con ímpetu desmedido, pero no sabe lo que realmente es conveniente. Los imbéciles al decir de Savater, acaban siempre muy mal, no queriendo decir necesariamente que van a quedar lisiados o terminar en la tumba, sino que el mayor riesgo será el de fastidiarse a sí mismos. Entonces para salir de esa imbecilidad moral debemos saber en principio que no todo da igual, verificar si lo que hacemos, en realidad corresponde a lo que de veras queremos o no, fortalecer nuestros valores morales, tratar de evitar vicios tales como la mentira, a toda costa renunciar a no afrontar los problemas de inmediato, evitando en lo posible el vicio de prorrogarlos. Por su paciente atención, querido lector, infinitas gracias.

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