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A propuesta de los diputados Sebastián Naranjo Blanco y
Laura González Martínez, en sesión de Pleno de la LXXII Legislatura será
presentada dicha iniciativa, así como diversas derogaciones a la Ley de
Ejecución de Sanciones Penales del Estado.
Al respecto, señaló que un aspecto gubernamental que hace
falta por atender y vigilar es en cuanto a la aplicación y protección de los derechos
humanos, por lo que a raíz de la puesta en marcha del nuevo sistema de justicia, los legisladores consideraron necesario
trabajar también en la siguiente fase del proceso judicial, es decir, el tiempo
que permanecen las personas recluidas con motivo de la sentencia impuesta.
Naranjo Blanco consideró que el proceso de entrenamiento
de las personas que cumplen una sentencia deberá partir del principio de que la
comisión de un delito le impone una pena privativa de la libertad, perdiendo
sólo ésta última pero no así su dignidad, por lo cual el proceso de reclusión
deberá contemplar mejores condiciones técnicas, profesionales, sociales y de
convivencia que realmente permitan que dicho proceso cumpla su cometido
inicial.
Explicó también que anteriormente, la visión de la
reclusión era de readaptación pero ahora con la nueva legislación, la visión es
de reinserción, no que implica sólo un cambio de denominación, sino debe ser un
cambio de cultura en el proceso de reclusión , por lo que con esta propuesta
legal lo que se pretende es que a partir de que la persona pierde su libertad,
no pierde su libertad de contar con un procedimiento que le procure
oportunidades para su reinserción a la vida social, además de que tengan
oportunidades que les permitan ser más productivos en beneficio de la sociedad
y que no se vean obligados a delinquir o dedicarse de lleno a una vida
delictiva.
Entre sus novedades, destacó el hecho de que un consejo
técnico interdisciplinario evalúe los expedientes técnicos individuales para
decidir si el procesado puede ser sujeto a un beneficio de pre liberación, así
como la creación del Instituto de Reinserción Social del Estado.
Este Instituto tendrá como facultades no nada más darle
seguimiento a la persona reclusa durante el tiempo que purgue su pena, sino
también en el proceso post penitenciario, lo que permite que la persona una vez
que recobra su libertad, pueda tener un seguimiento y conocer su evolución, su
comportamiento y qué contribución es capaz de dar a la sociedad, evitando con
ello una reincidencia.
Se prevé asimismo que pueda haber Centros de Reclusión
Preventiva, de Ejecución de Sanciones Penales, Centros de Alta Seguridad,
Centros de Rehabilitación Psicosocial y Centros de Sanciones Administrativas,
con la finalidad de que haya una división en cuanto a la situación y gravedad
de los delitos cometidos.
Enfatizó que la
idea es poder separar a las personas primo delincuentes, a jóvenes mayores de
18 pero menores de 30 años, a quienes representan alta peligrosidad y a quienes
por alguna deficiencia metal o psicosocial pueden tener un espacio o un
tratamiento distinto y también un espacio para personas con alguna otra
discapacidad, a fin de que el tratamiento sea de manera específica.
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