La Liga Municipal de Voleibol de Vista Hermosa les hace una cordial invitación a todos los equipos de los municipios vecinos a formar parte del VI Torneo 2010-2011, favor de comunicarse con el Profr. Martín Alcalá Velázquez, al teléfono 351 134 30 58, no esperes más para formar parte de la trayectoria deportiva de Vista Hermosa.
Hola amigos lectores de nuestro semanario "El Águila del Río Lerma", una vez más la Liga Municipal de Voleibol trae para ustedes dos valores que nos ayudarán a ser personas humildes, en beneficio de nuestro municipio y así lograr que Vista Hermosa crezca culturalmente.
Comprensión
Por: Diana Guadalupe García Hernández
Rostro del Torneo
“Nos desdeñamos o nos odiamos porque no nos comprendemos, porque no nos tomamos el trabajo de estudiarnos”. Santiago Ramón y Cajal.
El diccionario dice que la comprensión es la facultad para entender las cosas, pero también habla de una actitud tolerante. Como valor, es ponerse en los zapatos de los demás, en ver desde los ojos de la otra persona, en tratar de sentir lo que está sintiendo, y de pensar como ella pensaría.
En términos modernos, esto recibe el nombre de empatía. Si la simpatía es la inclinación afectiva entre las personas, la empatía va más allá, para hacerlas vibrar en la misma frecuencia emocional.
La comprensión es el antídoto contra muchas cosas. En primer lugar, contra los malos entendimientos. Resulta increíble pensar cuantas relaciones de amor o de amistad se rompen a causa de que una de las partes entendió mal, o no entendió las palabras o los motivos de la otra. Esto hubiese podido arreglarse con sólo entablar un diálogo sincero y abrir las vías de comunicación que les permitieran comprenderse.
La comprensión es también el antídoto contra el odio que provoca rencillas y guerras. En todos los niveles de nuestra existencia, este valor nos ayuda a acercarnos a nuestros semejantes y a hermanarnos con ellos.
Así, comprender es tener muy presente que, como seres humanos, todos podemos cometer errores, y que dichas equivocaciones nos empujan a hacer o decir cosas que pueden ofender a los demás.
Si entendemos los motivos y los errores de los demás, podemos mostrarnos más compasivos y brindarles nuestra mano abierta.
Fortaleza
Por: Yéssica Rodríguez Pérez
Rostro del Torneo
“Sé firme como una torre, cuya cúspide no se doblega jamás al embate de los tiempos”. Dante Alighieri.
Si buscamos la fortaleza espiritual tal y como buscamos la física, nos iría mucho mejor. Esta virtud cardinal (las otras son justicia, prudencia y templanza) es un valor que deberíamos cultivar desde pequeños, porque la fuerza de espíritu es la que nos lleva a sobreponernos a los problemas, a sortear los obstáculos y a luchar por lo que más deseamos obtener.
El espíritu humano es capaz de soportar increíbles pruebas, pero para esto debe estar entrenado y bien alimentado, justo como un cuerpo que adquiere condición física. Así, esta auténtica “condición espiritual” se logra a través de prestarle atención a esa parte que es más nuestra que todo lo demás, puesto que no se acaba con la muerte, sino que aspira a la inmortalidad.
Para entrenar al espíritu hay que atrevernos a entrar en el ámbito de las emociones. No hay problema con las emociones positivas, como la alegría; pero las emociones negativas, como la ira, el odio, la envidia y el orgullo, debilitan al espíritu porque le restan fortaleza.
Aquí hay que poner en juego el valor de la paciencia. Es necesario mantener la calma, incluso y sobre todo en las situaciones más difíciles y dolorosas. Está bien expresar nuestras emociones llorando (el llanto alivia el alma), pero no hay que perder el control y la capacidad de acción.
Porque es en las pruebas más duras que la vida nos impone cuando debemos mantener la mente clara y el ánimo fuerte. Esto significa que hay cosas que pueden devastar a una persona, mientras que otra, en las mismas o peores circunstancias, se conserva entera.
Eleva tu umbral de fuerza espiritual. No te doblegues ante las malas rachas, no pierdas la cabeza durante las crisis, no te debilites tanto que no puedas actuar. Y aprende a distinguir entre lo que es realmente importante y lo que no es.
Porque puede suceder que cuando el umbral de fuerza espiritual es bajo, cualquier imprevisto puede derribarte. Aquí es necesario considerar si la circunstancia merece que arrojemos la toalla, o si podemos y debemos sobreponernos a ella en la mejor forma para solucionar el problema y seguir hacia adelante.
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